Las palabras van acompañadas de los gestos y del lenguaje corporal que los actores transmiten con sus acciones. En el diálogo no solo comunica la palabra con sus objetos internos y externos. ¿Qué son los objetos internos?. La escucha la hacemos más por los ojos que por los propios oídos. Si te dicen que eres un gran actor y lo acompañan de una intención arrogante te sentirá fatal, pero si lo hacen con una sonrisa pícara y dándote una palmadita en la mejilla podría hacerte reír.
Cuando aprendemos a escuchar la necesidad de responder se hace obligatoria, es nuestro cuerpo el que necesita responder. El mayor resultado de escuchar es dar las respuestas adecuadas. Cuando te encuentras en escena en completa sintonía estás en lo que se denomina en inglés “The Zone”, este momento en el que no te das cuenta que estás actuando.
¿Cómo practicar la escucha visual?
Crea un personaje junto a un compañero de actuación. Créalo hasta llegar a un momento en el que se dé una situación extremamente tensa. Por ejemplo: la amante está discutiendo con la esposa del marido, en este preciso caso quien será la esposa no va a responder a nada de lo que diga la amante. Algo como esto hará que el texto de la amante no sea un mero monólogo sino un dialogo, ya que la esposa, aunque no pueda hablar se verá afectada por el dialogo y las situaciones dadas de la escena. La esposa en algún momento querrá arrancarle la cabeza a la amante por haberse acostado con su marido, va a sentir pena por ver acabada la relación después de 20 años, verá que es una situación increíble y se derrumbará cuando piense como decírselo a sus hijas de 12 y 16 años, en algún momento empatizará con la amante por lo gilipollas que es su marido. Pasará por distintos estados que podremos ver en el cuerpo y las acciones de la esposa sin necesidad de emitir ni una sola palabra.
Un inciso. Puedes trabajar la escucha visual con alguna obra de mi libro Las Palabras no Entienden donde critico al reggaetón y otros géneros musicales mediante 10 obras de teatro. Prólogo Brisa Fenoy y epílogo Josefina Núñez. Las Palabras no Entienden.
Uno de los problemas que podemos encontrar en este ejercicio es pensar que mientras está hablando la amante, la esposa tiene que reflejar en su cuerpo lo que siente. Esto es un error ya que se sentirá con la presión de hacerlo y no lo realizará orgánicamente. Lo interesante al actuar está en intentar evitar lo que le pasa al personaje, porque creará en él un conflicto que externalizará inevitablemente el cuerpo. Por mucho parlamento que haya de un solo personaje no es un monólogo, es un diálogo. El personaje que no tiene texto en este caso habla con el cuerpo.
Los ojos también escuchan activamente.
Recuerda que la información de este post ha sido extraída del libro de Uta Hagen “Un reto para el actor”, en el cual el escritor del post (Alberto Arroyo) ha aterrizado los conceptos y añadido experiencias y comentarios personales en base a esta información.
Quiero comentarte algo, si te suscribes aquí (al newsletter del blog), serás la primera persona en estar informada sobre mi nuevo libro, el cual contiene 10 obras de teatro (de varios estilos) inspirado en su gran mayoría en el reggaetón (prólogo Josefina Núñez, epílogo Brisa Fenoy). A parte si te suscribes también recibirás ofertas de mis libros “Crea trabajo como intérprete” y “Manual de actuación”.
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