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¿Cómo entrar a escena sin nervios?

febrero 5, 2021
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Me ocurría justo antes de actuar que me encontraba excesivamente nervioso. No era mi caso, pero conozco compañeros que incluso antes de actuar han llegado a sentir algo parecido a la ansiedad y se han agobiado mucho. Es cierto que justo antes de actuar ocurren situaciones que suelen ser ajenas al trabajo que hemos de realizar en escena y por ello pueden desconcentrarte. Me pasó una vez que justo antes de actuar a quien era mi pareja le dio un tirón en el cuello, pues para mover la cabeza tenía que girar con la espalda, claramente esto nos sacó del trabajo, pero logramos remontarlo, ella actuó y el público no se dio cuenta de hecho le felicitaron por su actuación. Así que fue un buen trabajo.

Solemos exigirnos mucho cuando realmente lo que hemos de tener en cuenta es que es imposible hacerlo perfecto porque no somos robots y menos mal… También hay que entender que el respetable no lleva todo el día pensando en cómo vas a actuar esa noche, bueno igual tus allegados si, pero no todo el mundo.

¿Qué tendríamos que hacer en bambalinas antes de salir?

Dominar la situación, ese es nuestro trabajo antes de decir los primeros parlamentos de la obra. Y es que de no ser así no confiaras en el personaje, no creerás en él y por ende el público tampoco lo hará. Si te lo crees y estás profundamente metido en el personaje lo mismo le ocurrirá al público. Siempre y cuando el trabajo en los ensayos haya sido el optimo.

Y si que es complicado estar concentrado entre bambalinas cuando están los técnicos cada uno pendiente a su trabajo y tienes a tu compañeros contándote lo que le pasó en el metro mientras venía al teatro, pero en el momento de trabajo no hay más que trabajo y respeto por la profesión.

Estás en la obra y por lo que sea has errado, ya sea que se te ha olvidado una parte del texto o que no estabas con la energía suficiente. Es peligroso, como no confíes en el trabajo que realizaste en los ensayos, obra tras obra te pasará alguna desgracia y acabarás por echarte la culpa pensando que está profesión no es para ti. La solución está en la disciplina. Ser conscientes del momento en el que entramos en escena. Entras en escena y tu personaje acaba de salir de la ducha, pues que así, la ducha se encuentra entre bambalinas e incluso para colmo no te ha dado tiempo de secarte el pelo.

 

 

Nadie confiará tanto en ti como tu mismo.

 

 

 

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Recuerda que la información de este post ha sido extraída del libro de Uta Hagen “Un reto para el actor”, en el cual el escritor del post (Alberto Arroyo) ha aterrizado los conceptos y añadido experiencias y comentarios personales en base a esta información.   

 

 

 

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