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¿Hacia dónde va tu cuerpo en escena?

abril 28, 2020
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El cuerpo como actores y actrices debemos tenerlo bien entrenado. Hemos de tener la agilidad necesaria como para poder saltar de alegría, sortear entre mesas y sillas, estar en forma para hacer ciertas escenas de lucha o realizar físicamente cualquier escena que requiera esfuerzo. Tener la suficiente capacidad para bailar un tango, taconear flamenco, montar a caballo para ciertas películas o lo que se nos requiera. Se que no todos sabemos hacer este tipo de acciones, pero como mínimo tener un cuerpo entrenado para que ensayo tras ensayo podamos llegar a realizar estas acciones físicas que nos requiere de más trabajo. 

En alguna ocasión hemos llegado a experimentar esos momentos en los que en escena nos sentimos observados y desorientados, nos vemos torpes y con las acciones a realizar poco claras, en la que nuestros brazos son más bien dos palos que se encuentra a ambos lados del torso. Y acabamos sintiendo vergüenza. Intentamos combatir la vergüenza con poses naturalistas. Esto ocurre por falta de trabajo, por falta de detallar las acciones y sus “por qué”. Esto pasa al no saber de dónde viene, donde está, ni dónde va el personaje. 

La importancia de la partitura de movimiento 

Hemos de saber que nuestro instrumento es el cuerpo y que en él se encuentra también el trabajo de dicción, proyección, psicológico, y el resto de segmentos del trabajo que suman en su totalidad la creación del personaje. Si no sabemos a dónde ir, no servirá de nada el trabajo que hemos realizado en el resto de áreas. Nuestro personaje no tendrá alma y nuestra mente estará congelada.  

En nuestra vida cotidiana uno camina porque tiene algún lugar a donde ir, pues al personaje le ocurre lo mismo. No es difícil de entender, pero aun así pondré un ejemplo: el personaje ha de ir rápidamente al escritorio porque tiene que escribir en su agenda la cita que acaba de concertar con el médico.  

Cuando nos encontramos parados en escena será porque te ha llegado la duda. También existen las acciones secundarias, son aquellas que necesitan la acción principal para acabarse de realizar. 

Un inciso. Puedes poner en práctica el movimiento del cuerpo en escena con alguna obra de mi libro Las Palabras no Entienden donde critico al reggaetón y otros géneros musicales. Prólogo Brisa Fenoy y epílogo Josefina Núñez. Las Palabras no Entienden.    

Realizamos acciones de movimiento conscientemente como son las que están motivados por los hechos, los deseos más básicos y por todo aquello que nos exigen los demás. También están las acciones inconscientes, estas son las más corrientes, somos consciente de estos movimientos solo de manera subliminal y lo hacemos casi automáticamente. Tenemos que tenerlo en cuenta al realizar nuestra partitura de movimiento al dotar al personaje de mayor riqueza. 

 

 

Si tienes que ir a por ello, ve. 

 

 

 

 

Recuerda que la información de este post ha sido extraída del libro de Uta Hagen “Un reto para el actor”, en el cual el escritor del post (Alberto Arroyo) ha aterrizado los conceptos y añadido experiencias y comentarios personales en base a esta información.   

 

 

 

Quiero comentarte algo, si te suscribes aquí (al newsletter del blog), serás la primera persona en estar informada sobre mi nuevo libro, el cual contiene 10 obras de teatro (de varios estilos) inspirado en su gran mayoría en el reggaetón (prólogo Josefina Núñez, epílogo Brisa Fenoy). A parte si te suscribes también recibirás ofertas de mis libros “Crea trabajo como intérprete” y “Manual de actuación”. 

 

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