Si te digo que no puedes recitar un texto sin pausas no creo que estés en desacuerdo conmigo. La pausa es tan importante como el mismo texto e incluso una de las dos pausas que vamos a ver hoy es incluso más importante que el texto. Las iremos descubriendo a lo largo del artículo.
Existe una clara diferencia entre una pausa y un olvido, cualquier persona que esté habituada a consumir teatro podrá ver cuando se produce un olvido. Al acabar de leer el post podrías pensar que la pausa lógica es confundible con un olvido al carecer de emoción, pero no, la diferencia entre estas dos es que la pausa lógica se realiza para que el texto tenga coherencia y el olvido es notable porque el texto cae y deja de tener la coherencia que en cambio tiene la pausa lógica.
Ya te he comentado un poco sobre que trata la pausa lógica, pero hay una pausa que a las actrices y a los actores nos interesa aún más, la pausa psicológica. Ahora que conocemos el nombre de estas dos pausas nos hacemos una pregunta:
¿Qué caracteriza a la pausa lógica y a la psicológica?
- Pausa lógica: Es una pausa pasiva, formal y sin dinamismo. Estamos hablando de la pausa que el dramaturgo ha puesto en la obra para que el texto al ser recitado tenga coherencia. La pausa lógica es la que forma los compases que vamos a seleccionar para dotarlos de intenciones y subtexto. Esta pausa sirve al intelecto y está mecanizada. Sin la pausa lógica el habla es inculta.
- Pausa psicológica: Dentro de los compases (separados por la pausa lógica) encontramos la pausa psicológica. Esta pausa depende de la lógica para existir, aunque en cuanto coge forma por si misma sobran palabras. Sirve al sentimiento y está creada por los actores y actrices que interpretan el texto. Es una pausa rica en contenido interior e inevitablemente activa.
Un inciso. ¿Sabes que puedes practicar las pausas y muchos de los conceptos que en mis artículos te planteo con mi último libro donde reúno 10 obras de microteatro que critican al reggaetón y otros géneros musicales? Las palabras no entienden.
Sabemos de sobra que es la pausa lógica, por ello prefiero seguir escribiendo sobre la pausa psicológica, la cual aparte de ser la que menos conocemos es la que nos resulta más interesante como intérpretes. “Que sea limitada tu habla y elocuente tu silencio”. Este silencio elocuente que aquí comentaban los grandes oradores es la pausa psicológica y es un instrumento de gran importancia en la comunicación. Se reemplaza con miradas, gestos, nunca está vacía, todo lo contrario, es una pausa llena en la que no sobra pausa. Si en algún momento como espectador ves que el actor intenta hacer una pausa como esta y sientes que sobra, no se ha conseguido llegar a la psicológica.
La pausa psicológica llega a lo que es inaccesible para el habla. Se introduce donde una pausa lógica sería imposible de hacerse. Ejemplo: “Hemos ganado el premio dos amigos, a ver si lo adivinas, yo y….” (dejando al receptor que adivine quien es esa segunda persona que ha ganado el premio) Esta pausa tensa en la que la persona que está hablando le pasa la tensión al receptor es una pausa psicológica, si fuera lógica no tendría cabida en este contexto ya que carecería de tensión y en definitiva de subtexto.
Usa la pausa para enviar claramente tu subtexto.
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