Para poder sentir las sensaciones físicas que nos son requeridas hemos de seguir ciertas directrices. No se produce de la nada, para ello hemos de apoyarnos en los objetos visibles y tangibles que tenemos en escena. No quiero decir que realicemos una interpretación naturalista. Ahora explicaré la diferencia con un ejemplo muy claro. Si tu personaje tiene que hacerse un té tendrás que poner agua a hervir. Este agua como es lógico no acabará hirviendo, entonces asociarás a este momento la sensación de verter el agua hirviendo en el vaso. Esto lo conocerás con una simple autoobservación de tu vida real.
¿Cuántos objetos necesitan estar dotados de realidades imaginadas en la escena? A partir de aquí al igual que en el ejemplo del agua hirviendo hemos de dotarlo de sensaciones para hacerte creer a ti mismo que está sucediendo de verdad. No mentimos a los espectadores, nos engañamos a nosotros mismos hasta que nos lo creemos y en este estado actuar.
¿Cómo dotar los objetos de realidad?
Te encuentras bebiendo agua en la vida real, pero en escena es alcohol. Has de conocer cómo bebes alcohol de manera cotidiana para así crear un recorrido emocional en el que pasarás por distintos estados hasta llegar al momento en el que ingieres la bebida. Es muy importante que tú controles las sensaciones y no ellas a ti, ya que de lo contrario no lo tendrás bien organizado pudiendo convertirse en un autentico descontrol encima del escenario. Nuestro trabajo en los ensayos es el de crear un recorrido de sensaciones que finaliza con un objetivo. Tras ensayarlo en multitud de ocasiones nos damos el lujo de olvidarlo ya que estará completamente integrado en nosotros.
Conoce que ocurre en tu cuerpo cuando pasan estas acciones que el personaje ha de desarrollar en escena. Puede haber confusión a la hora de recrear acciones con objetos como el maquillaje que ya tienen vida por sí solo. Si intentas maquillarte en escena realmente lo harás cayendo en la interpretación naturalista. En este caso si hemos de pintarnos los ojos lo haremos con el tapón puesto y conociendo como lo haríamos en la realidad. Todo este proceso será de autoobservación e implementación de comportamientos para llegar a las sensaciones de manera orgánica.
Créete tu realidad escénica para hacer creer.
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Recuerda que la información de este post ha sido extraída del libro de Uta Hagen “Un reto para el actor”, en el cual el escritor del post (Alberto Arroyo) ha aterrizado los conceptos y añadido experiencias y comentarios personales en base a esta información.
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